lunes, 24 de septiembre de 2007

No soy (...fluir de conciencia)

De ningún punto de vista soy el sueño de la rubia platinada perfectamente distribuida en un elegante metro ochenta a la que le bastan 58 centímetros para medir su cintura. Padezco del mal de la memoria corto placista, cuya función es destruir todo vestigio de conocimientos tales como fechas y personajes históricos. Aún así me doy el lujo de pensar que no tengo la cabeza de adorno. En cambio, tengo disco duro para preguntarme por qué las pastillas antinconceptivas tienen nombre de topletera (Yasmín, Diane, Neolette, etc). He intentando mil veces convertirme en una mierda de persona y otras mil más me he tenido que dar por vencida( tal vez no soy lo suficientemente perseverante). Niego mi sensibilidad porque la encuentro siútica y simplemente me da arcadas. Cuando estoy triste pienso que sentir es la madre de mis problemas, pero igual me inyecto una buena dosis de música cebolla encubierta. En una preciada servilleta, tengo una lista de cosas factibles poco probables, encabezada por un lindo mural con el mapa del mundo que cubra todo el techo de mi pieza. No padezco el síndrome de Electra, pero no puedo evitar sentir una inmensa ternura al ver a mi papá tratando de entender qué toallitas comprar en la farmacia. Cargo con mis palabras lentas y mis abrazos largos. Soy prejuiciosa con la gente que escucha mala música. Me desilusionan las frases emitidas como acto reflejo y las huelo a los lejos. A veces, cuando meto la pata, la meto hasta el fondo y lo peor es que lo hago conciente. Y sí, me creo víctima de un dios frágil temperamental.

1 comentario:

LO dijo...

interesante texto
mmm me rei
y eso q toy sanita, o desratizada???
ambas jajammm
toy shata!