Hablamos de "rock", escuchamos "rock" y cuando ya nos habíamos tomado el "rock" (y fumado una colita de él), nos bajamos a la plaza como personas normales que, a decir verdad, no tienen una pizca de rock en la sangre. Nos sentamos en un resbalín con el constante ruido de los riegos sonando de fondo.
Al día siguiente nos dijimos: lo siento, cosas del rock no más.
Jugamos como niños, forrados en chaquetas de cuero po logooo. Me empujó, lo dejé ciego, nos reímos. Y cuando nos sentamos cada uno mirando para su lado a pensar que el cielo estaba muy rojo y que a él le gustaban las nubes, el espacio que había entre los dos nos empezó a molestar.
"Eres como el compilado de las minas con que he estado" me dijo. Pffff tremendo piropo.
"Ya estás un poco loco en cuanto a mí entonces" le respondí.
En ese minuto èl estaba colgando por la escalera del resbalín con la cabeza hacia abajo, como murciélago. Sacudí mi pelo sobre su cara. "Yaaa me vay a dar un beso spiderman" se reía. "¡De adonde saliste!" Y le mordí el labio de abajo (arriba en esta posición). Todo iba perfect hasta que la concentración propia del beso al revés, lo hizo azotarse contra el suelo. Maldito. Me gusta.
