Cuando

Pleno julio acurrucada al fondo de la cama. Sentada en el piso del baño tratando de dormir cinco minutos más al lado del calefactor. Debajo de la ducha, aún sin abrir los ojos porque me cae el agua caliente en la espalda. Recibiendo el aire tibio del secador en el pelo y en los pies, en el pelo y en los pies, en el pelo. Despeinada y a medio vestir recorriendo la casa con un pedazo de manzana en la mano, ya se me congelaron los dedos. Frente al espejo junto al rimel, una peineta y las ganas de raparme. Probándome las botas, agarrando mi bolso típico y poniéndome los guantes. Cerrando la puerta y tratando de adivinar qué se quedó hoy o porqué no me abrigué más. Tratando de dar pasos largos y seguros. Poniéndome los audífonos torpemente. Empujando, siendo empujada o maldiciendo. Viendo mi reflejo en las puertas del tren, como persona extendida por el friz del pelo. Riéndome, tomando té, escribiendo, leyendo estupideces.

Eso

"Estar enamorao es como tener lengua. Sí po, no te day cuenta hasta que te la mordis"